El viernes 28 de abril a las 19 horas se presenta en el Museo Diocesano y de la mano de Librería Castillón, el libro de Marisancho Menjón: Salvamento y expolio. Las pinturas murales del Monasterio de Sijena en el siglo XX.
El libro es el resultado de una investigación de más de dos años, becada por el IEA. Su objetivo fue determinar lo sucedido en el siglo XX con las pinturas de la sala capitular del monasterio de Sijena, obra maestra de la pintura románica europea. Se trataba de averiguar, frente a las nebulosas versiones existentes, a qué se debió su arranque y traslado a Barcelona durante la guerra, quién costeó la operación, de quién fue la iniciativa, si se contaba con apoyo oficial o no y por qué las pinturas no habían vuelto a su lugar tras la contienda, como sí ocurrió con tantísimas obras de arte.
La documentación se ha obtenido de una veintena de archivos: entre otros, el Nacional de Catalunya, los del Ayuntamiento y Diputación de Barcelona, el General de la Administración y el del IPCE, los de los museos de Zaragoza y Huesca, el Diocesano de Vic y el familiar de los Gudiol, el Provincial de Segovia y el de la Real Academia Gallega de Bellas Artes. Todos ellos han ido aportando una luz que hubo que buscar dispersa porque la fuente fundamental está vedada a los investigadores, pese a ser un archivo público que debe ser accesible por ley: el del MNAC. Se trata de una irregularidad grave que, parece, nadie tiene pensado corregir.
El libro se adentra en el periodo más triste de la historia de este monasterio, fundación real, panteón real y sede del Archivo de la Cancillería Real. Durante centurias alojó a las damas de las familias nobles de Aragón, el Pallars y Urgell, y fue, en algunos periodos, una extensión de la Corte aragonesa. Por eso alcanzó un patrimonio artístico tan excepcional.
Cuidado y aumentado por las dueñas y sorores durante siglos, protegido de la Desamortización por un grupo de intelectuales oscenses impulsados por Valentín Carderera, se perdió en buena parte a comienzos de agosto de 1936, al ser incendiado el monasterio en la guerra civil.
El libro se centra en lo ocurrido con las pinturas murales, su arranque y traslado a Barcelona. Se ha podido establecer la fecha de la operacion y sus protagonistas, y el pago por la Generalitat de Cataluña. Se ha certificado, asimismo, el arranque de un fragmento de pintura románica oculta y olvidada hasta ahora, hallado en el coro de la iglesia. Adquirido en 1946 por la Diputación de Barcelona, ha permanecido siempre en las reservas del actual MNAC, pese a ser una pieza valiosa en sí y fundamental para entender la historia del monasterio.
En Barcelona, los Gudiol iniciaron la restauración de las pinturas. Acabada la guerra, los fragmentos arrancados se llevaron al Museo de Barcelona. El libro aporta detalles sobre estos procesos, así como sobre el de finalización de la restauración en 1949 –sin permiso oficial para ello y pagada por el Ayuntamiento–, su instalación en el museo, su exhibición a partir de 1961 y los diferentes traslados sufridos por el valioso y frágil conjunto pictórico dentro del MNAC, con ocasión de sus varias remodelaciones, así como el préstamo de fragmentos para su exposición en muestras internacionales. Lo que no se ha podido documentar es que las religiosas formalizaran jamás ningún depósito de las pinturas.
La investigación se ocupa también de otras pinturas arrancadas del monasterio, singularmente de las profanas, extraídas sin permiso en el verano de 1960 y llevadas a Barcelona, donde fueron presentadas al público en 1961 ocultando su procedencia.
Otros apartados están dedicados a los proyectos de restauración del conjunto monástico, que jamás se pusieron en marcha por dejación de la Administración estatal; a los esfuerzos de las religiosas por devolverle la vida y a las tentativas de recuperación de las pinturas por parte de Aragón, ya desde 1939. Fueron reclamadas por la Diputación de Huesca y por otras instancias durante décadas; por dos veces la Dirección General de Bellas Artes ordenó su devolución, pero estas órdenes nunca se cumplieron. La demanda actual por parte de Aragón no es, por tanto, una iniciativa aislada ni reciente, sino que retoma las que se hicieron tiempo atrás.
El libro es muy crítico con el papel de la administración franquista, por su desinterés hacia Sijena, y también con el museo barcelonés, que ha tenido una actuación lamentable en toda esta historia, como se pone de relieve en la documentación. Las críticas están fundamentadas y se centran en protagonistas concretos, sin generalizaciones que no conducen más que a embarrar una cuestión dolorosa, todavía abierta.
La obra pone sobre la mesa, en definitiva, una historia triste que sin embargo tiene visos de esperanza en la dignificación de un monumento que en sus más de ochocientos años de historia solo ha tenido cincuenta de ruina y menos de quince de abandono, y que desde finales del siglo XX trata de recuperar una parte de su antiguo esplendor.
Marisancho Menjón Ruiz (Tauste, Zaragoza, 1965). Historiadora y escritora. Ha coordinado numerosas publicaciones (Colección CAI100, Colección Órbitas, Colección Conocer Alandalús, entre otras) y es autora de una veintena de títulos sobre historia local y sobre el patrimonio histórico-artístico de Aragón, entre ellos El retablo de la catedral de Huesca (1999), La Navidad (1999), San Jorge (2000), La Semana Santa en Aragón (2000), Evolución. Una retrospectiva del producto industrial y la empresa en Aragón (2001) y Jánovas, víctimas de un pantano de papel (2004). También ha dedicado sendas monografías al Castillo de Sora y al palacio de Morata de Jalón,
Tiene una larga experiencia profesional en edición, domentación, desarrollo de proyectos culturales y producción de exposiciones. Su pasión es la divulgación, especialmente cuando se trata de temas de cultura, historia y patrimonio.
En los últimos años, además de dar clases para la Universidad de la Experiencia, ha producido varias exposiciones sobre historia y arte de Aragón. También ha escrito varias guías de rutas culturales y guías didácticas para exposiciones (Museo Diocesano de Jaca, Goya en Aragón, etc.). Colabora habitualmente con Heraldo de Aragón.
Su último trabajo ha sido la investigación sobre las vicisitudes sufridas por las pinturas murales del Monasterio de Sijena a lo largo del siglo XX, llevada a cabo con una de las ayudas a la investigación del Instituto de Estudios Altoaragoneses.
¡Os esperamos!
