A la orilla del rio Noguera Ribagorzana se encuentra la iglesia abacial de antiguo monasterio de Santa María de Alaón. Centro de referencia por su trayectoria histórica y por la documentación allí elaborada y conservada.
Hay referencia de una comunidad cenobítica en tiempos visigóticos. El monasterio fue destruido durante la invasión musulmana. La vida religiosa fue restablecida una vez se adueñaron de la comarca los condes de Tolosa, concretamente el conde Bigón, hacia el 810, autorizaba al abad Crisógono a retomar los bienes y propiedades que en tiempos anteriores habían pertenecido al monasterio y le concedía amplias inmunidades para que pudiese restaurar allí la vida monástica.
Durante los siglos IX y X el monasterio fue centro promotor de la vida religiosa y cultural del país y colaboró en su organización social y política en conexión con los condes que dominaron el terrriorio: primero desde Tolosa y luego, el país logró su autonomía, en persona de condes propios. Tuvo un destacado papel en la instaruración y consolidación de la casa condal ribagorzana.
Uno de los méritos más relevantes del monasterior durante este período fue el haber confeccionado y recopilado más de doscientos documentos que se hallan unidos en un cartulario, probablemetne compuesto en parte a finales del siglo XI y que guarda la Biblioteca de la Real Academia de la Historia en Madrid (sing.C.67). todos los diplomas son de época carolíngia, desde los primeros años del siglo IX y anteriores al año 1000. Esta documentación tiene una importancia historia extraordinaria: Cuantitativamente supone los dos tercios de los documentos carolingios de Pallars y Ribagorza, y cualitativamente contiene los preceptos de los condes carolingios de Tolosa y la colección de cartas privadas del sigl IX más copiosa de España.
En 1006, tras la invasión de Abd-Al-Malik, el monasterio entró en una profunda crisis. Aunque no consta si la invasión llegó al monasterio, si afectó a la comarca.
Desde finales del siglo XI dependía de Roda de Isábena y el obispo Raimundo Dalmacio (1076-1094) reorganizó el cenobio estableciendo a un monje de monasterio benedictino de san Victorián como abad, llamado Bernardo Adelmo. Con el impulso de la orden benedictina se reedificó, confiriendole su aspecto actual. Fue consagrada por san Ramón, obispo de Roda el 8 de noviembre de 1123, siendo abad del Monasterio Bernardo Gualter.
Durante el siglo XII el Monasterio vivió un momento de esplendor y de él dependian otros templos, que en ocasiones siguien su estética edificativa. La vida monástica continúo ininterrumpidamente hasta la desamortización de Mendizabal de 1836 cuando quedó relegado a parroquia de Sopeira.
Los abades del Monasterio gozaron de elevado predicamento. En el siglo XVII fue abad Benito Latrás siendo enterrado en la cripta del monasterio. Su cuerpo incorrupto se conservó hasta la guerra civil española y dió origen a la leyenda del «Cosán».
Aunque queda en pie la iglesia, los cimientos del claustro y algunas dependencias -recientemene excavados-, las dimensiones del monasterio inclurian otras dependencias y sala capitular (actualmente la sacristía). El templo, de tres naves encabezadas por ábsides semicirculares liturgicamente orientados. Cuatro pares de pilsatras cruciformes y dos columnas cilíndricas subdividen la triple planta interior en seis tramos perpendiculares. La torre actual es obra seguramente del siglo XVIII. El rico pavimento del ábside muestra mármoles de la cantera de Rocamora. Combina colores al natural en blanco, negro, rojo, gris y amarillo, dibujando círculos tangentes, compuestos de teselas radiales y franjas de ajedredazos demarcando el hemiciclo, con la alegoría de los panes y los peces. La cripta central es sencilla, con una vave cubiertqa con bóveda de cañon liso y una inscripción en rojo en el eje que dice «El XIV de las calendas de octubre (16 de septiembre) Raimundo obispo de Barbastro, consagró este altar en honor de los santos Pedro y Pablo».
Fue declarado monumento nacional en 1931. El Monumento ha sufrido incendios y saqueos. Una talla románica de la Virgen (finales del siglo XI- principios del siglo XII) y dos altares barrocos desaparecieron durante la guerra civil.
La iglesia de santa María de Chalamera, en el valle del Cinca, perteneció al monasterio desde la conquista de estas tierras, cuando en 1196 el papa Celestino III dirimia a favor del Monasterio una disputa surgida con los templarios del lugar.
Fuente: Manuel Iglesias Costa: El monasterio de Alaón en Ribagorza