CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO DIOCESANO. LAS TABLAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO DE SAN ROMÁN DE CASTRO

Las fantásticas tablas de San Pablo y San Pedro de la ermita de San Román de Castro se encuentran en la actualidad en un pequeño espacio que se ha habilitado en la iglesia parroquial de Santa Bárbara de La Puebla de Castro.

SAN PEDRO

Se fechan a principios del siglo XIV, entorno al año 1303.
Su estilo se denomina gótico temprano (porque van a ser las primeras manifestaciones de este nuevo estilo), francogótico (dado que su origen hay que ir a buscarlo a Francia) o gótico lineal (ya que predominará la línea sobre el color). Este primer estilo se da entre 1275 y 1350, aunque este marco cronológico es flexible.
El nuevo estilo se difunde y llega al Alto Aragón a través del arte mueble, que es de fácil trasporte, y principalmente, a través de la miniatura. Los libros iluminados, fáciles de transportar por su poco peso, eran un objeto común de intercambio entre los canónigos de las grandes catedrales y entre los monjes de los monasterios, en los que casi siempre había un taller de miniaturistas y copistas, dedicados a reproducir y embellecer los textos sagrados. Con la llegada a Huesca de alguno de estos libros miniados procedentes de Francia, se generaría en torno a la catedral un taller de miniaturistas. Como era frecuente que estos artistas desarrollaran más de una actividad y se dedicaran a la miniatura y a la vez a la pintura mural y sobre otros soportes, en este taller habría que buscar el origen de esos conjuntos de pintura mural del Somontano, de la Hoya de Huesca o de estas bellas tablas de Castro.
Esta pintura presenta una serie de rasgos estilísticos que la hacen inconfundible.
Se utilizan colores vivos y brillantes, colores que se utilizaban especialmente en la confección de vidrieras: el blanco, el rojo y el azul.
También hay que relacionar con el arte de la vidriera el hecho de que la línea predomine sobre el color, dando lugar a figuras estilizadas de porte elegantes perfiladas por líneas que van marcando una cadencia sinuosa.
Un rasgo que supone un avance con respecto a la pintura románica es el hecho de que las figuras compongan escenas y se sitúen en el espacio y en el tiempo: ya no son figuras hieráticas, inexpresivas, aisladas y atemporales, como lo eran para el artista románico, sino que ahora componen escenas, se relacionan entre ellas, e intercambian gestos y, mediante el paisaje de fondo o las arquitecturas, se sitúan en un momento y en un espacio determinados.
Estas escenas no se colocan al azar, sino que aparecen ordenas en registros y en viñetas. Es a través de estas viñetas por donde se puede rastrear el origen de la primera pintura gótica en la miniatura.
Su finalidad sigue siendo didáctica y divulgativa: la de contar en imágenes, para aquellos que no sabían leer y escribir, la historia sagrada. Por ello es frecuente encontrar aclaraciones y textos.
DESCRIPCIÓN En la parte inferior de las tablas (posiblemente eran las puertas de un retablo) aparecen unos cortinajes que cuelgan de unas barras, herederos de la pintura mural románica. Sobre éstos se representan los santos sedentes sobre un trono con brazos en forma de torre de dos cuerpos, con un fondo monocromo de color rojo. Descalzos, visten túnica y capa. San Pablo lleva la espada y el libro de sus epístolas y San Pedro, el libro y las llaves. A ambos lados de su cabeza, presenta cada santo una inscripción en la que se lee su nombre.
TÉCNICA Son pinturas al temple sobre tabla. Sobre la madera, se ha aplicado una fina capa de preparación, un temple de huevo o de cola, que recibirá la pintura. Toda la tabla no está policromada: la pintura se ciñe a un marco de base rectangular con remate lobulado, perfilado en negro,  y parte de la madera del soporte queda vista.
ESTADO DE CONSERVACIÓN /INTERVENCIÓN Se detectaron recientemente levantamientos puntuales de la policromía en forma de cordilleras, en distintos puntos de la superficie pictórica de ambas tablas; algunos fragmentos de la policromía ya se habían desprendido del soporte y, por tanto, estaban perdidos. Para evitar que el resto de los levantamientos corrieran la misma suerte, se procedió al asentado de las lascas. Se escogió como adhesivo la cola de conejo al 7% inyectada, por ser de naturaleza similar a los materiales originales.

TRATAMIENTO DE LA POLICROMÍA
TRATAMIENTO DE LA POLICROMÍA

Para arantizar la conservación de estas pinturas es fundamental prevenir su deterioro  y detectar a tiempo alteraciones, mediante revisiones periódicas, que eviten daños mayores. En este caso, una sencilla intervención puntual en las zonas con policromías levantadas ha conseguido evitar su desprendimiento y pérdida. No obstante, en el recinto de exposición, sería imprescidnible garantizar unas condiciones ambientales constantes.

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