La Virgen de Linares

La Virgen de Linares es una magnífica talla románica fechada en el siglo XIII y realizada en madera dorada y policromada. Procede del convento de santo Domingo de Linares, Benabarre, hoy día en ruinas. Se conservan en el atrio de acceso a la iglesia de Nuestra Señora de Valdeflores de Benabarre varias piezas procedentes de este convento: la talla de Nuestra Señora de Linares, la losa de la tumba de Maria de Junquers y un libro de horas.

La imagen aparece referida por primera vez por Roque Alberto Faci en Aragón reino de Christo y dote de María Santísima, 1739, pp. 508: “Esta casa siempre fue ilustrada con el singular Patrocinio de N. Sa. de Linares: cuya S. Imagen, aunque no fue Aparecida, ni Hallazgo Milagroso, es muy Antigua, Milagrosa y de singular veneración en Benavarre, y su Comarca por los continuos favores, que aquí reciben los devotos. Es la S. Imagen de madera, y de estatura bastante: está sentada en una silla: tiene al SS. Niño Jesús en el brazo siniestro, y en la diestra una bolita, o Esfera.”

Clemente IV en 1345 concedió indulgencias a la imagen de la Virgen de Linares ya que era muy venerada por las gentes del valle, quienes le habían donado joyas y tierras.

Esta talla de madera policromada y dorada sigue el modelo de María Madre de Dios. Representa a la Virgen sedente sosteniendo al Niño en su regazo. El Niño, en posición frontal y ataviado con túnica verde y manto dorado, aparece sentado sobre la rodilla izquierda de su madre, quién le acoge con la mano izquierda. en la mano izquierda sujeta el libro de la Vida mientras que la mano derecha se encuentra desaparecida desde la muñeca. La Virgen, también en posición frontal, va ataviada con una túnica dorada sobre la que aparece una sobre túnica -según Domingo Buesa se trata de un pellote- de color azul y sin mangas y toda cubierta con un manto dorado de vuelta roja, con una rítmica sucesión de pliegues acanalados, que contrasta con la túnica dorada lisa. Su mano derecha está abierta y con la palma hacia arriba, en la que pudo portar algún objeto. Lleva el pelo trenzado y tanto esta imagen como ala del Niño llevaron corona en su día, habiendo quedado la marca de su anclaje en ambas, a modo de hendidura horizonal en sus cabezas.

El trono se reforzó en un momento dado, quizás para darle suntuosidad, con unas aplicaciones de pináculos y tracerías góticas.

Este modelo supone una evolución de la anterior imagen de María como Sedes Sapientiae e inicia un claro camino hacia las maternales y afectivas representaciones del gótico. La obra todavía mantiene la posición frontal del estilo románico, pero comenzamos a apreciar elementos que ya nos transportan al mundo gótico, como la sutil sonrisa que ya esboza la Virgen, perdiendo el hieratismo anterior, o el desplazamiento del Niño hacia el lado izquierdo como ya se ha mencionado anteriormente.

Posiblemente pertenece al amplio grupo de vírgenes realizadas en algún taller ribagorzano.

RESTAURACIÓN

La talla ha sido intervenida en el taller de restauración diocesano del Museo Diocesano Barbastro-Monzón. Por periodo de un año se exhibirá entre la colección permanente, concretamente en la primera planta, antes d regresar al pequeño espacio museístico de la parroquia de Nuestra Señora de Valdeflores en Benabarre, donde se custodia.

La pieza, pese a su buen estado de conservación general, precisaba una mínima intervención para paliar las alteraciones que presentaba y evitar una futura y profunda restauración.

El criterio seguido a la hora de abordar el trabajo ha sido el de mínima intervención, la necesaria para garantizar la estabilidad de los materiales constituyentes de la obra y la conservación de esta, intentando aplicar los procesos y productos estrictamente imprescindibles y en la cantidad mínima posible para su tratamiento.

La intervención se ha ajustado estrictamente al grado de deterioro del bien y todos los productos empleados han respetado la naturaleza y composición de los materiales originales. Las zonas con ligeros levantamientos comprometidos de la capa pictórica se asentaron y se procedió a la limpieza de la pieza, respetando las pátinas de envejecimiento de los distintos materiales y siguiendo el criterio de la inocuidad de los productos y técnicas utilizados. En cuanto a las tareas de estucado y reintegración cromática, seleccionadas según la circunstancia de cada una de ellas, se han escogido materiales discernibles y reversibles (estuco tradicional a base de cola de conejo y sulfato cálcico y acuarelas).

BIBLIOGRAFÍA

BUESA CONDE, Domingo, La imagen románica de la Virgen-Trono en tierras de Aragón, discurso de recepción académica, Real Academia de Nobles y Bellas Artes de san Luis, Zaragoza, 2000.

CATALUNYA ROMÁNICA. La Ribagorça vol. XVI, Enciclopedia Catalana, Barcelona, 1996.

COOK, W.W.S., GUDIOL, J., Pintura e Imaginería románicas. Ars Hispaniae vol. VI, Plus Ultra, Madrid, 1980.

FACI, Roque Alberto., Aragón Reino de Christo y dote de María Santísima, Zaragoza, 1739.

IGLESIAS COSTA, Manuel, Arte Religioso del Alto Aragón Oriental. Tomo I. Arquitectura románica: siglos X-XI, XII y XIII, Barcelona, Akribos, 1985.

LUX RIPACURTIAE II, Arte Sacro Medieval, Ayuntamiento de Graus, Graus, 1998.

MARIA. Imaginería Medieval Ribagorçana, cataleg el Pont de Suer- Lérida – Sabadell, 1997.

SERNA MONTALBO, Carmen, El monasterio de Nuestra Señora de Linares, volumen 3 de Prececta aetas, Univerasidad de Zaragoza, Zaragoza, 2014.

¡Os animamos a todos a visitarla!

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