LA MITRA DEL ABAD DE SAN VICTORIÁN. Patrimonio textil del Museo Diocesano de Barbastro-Monzón

Mitra del Abad de San Victorián. Monasterio de San Victorián (Pueyo de Araguás). Lino y seda, siglo XII. 28 x 50 cm; ínfulas 37 cm.
La función de la indumentaria litúrgica es dignificar el rito, por lo que desde que estos ornamentos comenzaron a utilizarse, su magnificencia se convirtió en expresión del poder de Dios y de la Iglesia.
La Mitra es el principal tocado litúrgico y es la insignia episcopal por excelencia. Fue Inocencio II quien, en la primera mitad del siglo XII, impuso su uso como distintivo de los obispos, dado que con anterioridad fue de uso exclusivamente pontifical.
A algunos abades que gozaban de una dignidad especial –abades mitrados–, se les concedía el derecho a llevar algunas insignias propias de los obispos, como el báculo, las sandalias, los guantes, el anillo o la mitra. Es el caso del abad del Monasterio de San Victorián, al que pertenece esta pieza.
Este modelo, con dos picos situados en la parte anterior y posterior, se adoptó a mediados del siglo XII y fue el resultado de girar 90 grados el usado con anterioridad, en el que los picos (cornua) quedaban a ambos lados de la cabeza.
Este cambio debió obedecer a razones estéticas. Las ínfulas que penden de la parte trasera, en sus orígenes servían para ceñir el tocado a la cabeza, atándose en torno a la frente o bien bajo la barbilla.
Ésta es una mitra auriphrisiata, adornada con un galón de oro o auriphrisum, dispuesto in titulo, –es decir, verticalmente– e in circulo, –bordeando la parte inferior– además de en los picos y en las ínfulas.
El mayor o menor lujo de la pieza lo proporcionaba la riqueza del galón y la de la pedrería que un día la adornó. Aunque Clemente IV en 1266 decretó que la mitra de los abades debía ser más simple que la de los obispos, esta mitra del Abad de San Victorián fue una bella pieza de indumentaria.
Se trata de una obra excepcional por su antigüedad –siglo XII–, y constituye un fiel reflejo de la diversidad que ofrece en aquella época el Alto Aragón. En el territorio conviven no sin dificultades, conquistadores recién llegados y antiguos cristianos que habían permanecido en territorio musulmán, llamados mozárabes; mudéjares o lo que es lo mismo, musulmanes que siguen practicando su religión y otros, los moriscos, convertidos al cristianismo.

detalle Mitra Abacial. Museo Diocesano de Barbastro-Monzón
detalle Mitra Abacial. Museo Diocesano de Barbastro-Monzón

El trasvase de elementos culturales entre unos y otros fue habitual, y queda bien patente en los elementos que conforman esta mitra.
Está hecha de tela de lino y decorada con una finísima cinta tejida con hilos de seda rojo y oro, con motivos de tradición persa a base de estrellas de seis puntas y aves afrontadas.
Estos suntuosos tejidos de origen hispanomusulman eran muy apreciados entre las altas jerarquías civiles y eclesiásticas.
Tosco lino y fina seda árabe conforman este hermoso objeto que nos permite mirar a través de los ojos de los conquistadores cristianos, que buscan en la sofisticación de ese mundo musulmán contra el que combaten, la belleza que requieren su liturgia y los ornamentos de sus iglesias.

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